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¿Y si te digo que existe un tipo de grasa que te ayuda a quemar más calorías? Es decir, que realmente te ayudaría a perder peso sin tener que hacer un esfuerzo extra. ¿Suena bonito verdad? Pero la verdadera pregunta es ¿Podemos aprovechar esta información?
Existen dos tipos de grasa que podríamos diferenciar como grasa blanca y grasa parda.
La grasa blanca es la que ya bien conocemos y que rodea nuestro cuerpo, dependiendo de la persona en mayor o menor cantidad. Es esa grasa que tememos, no sólo por el aspecto estético sino porque sabemos que un exceso de ella puede llevarnos a otros problemas.
El caso es que cuando empiezas a investigar sobre temas novedosos en materia de alimentación y de pérdida de peso es bastante probable que te encuentres con la grasa parda, y te preguntes qué es realmente.
¿QUÉ ES LA GRASA PARDA?
La grasa parda para explicarnos de forma sencilla podríamos decir que es una grasa cuya función principal podríamos decir que es protegernos del frío. Por supuesto también actuaría en otros procesos, pero el principal es ese.
Realmente lo interesante de esa grasa es que es capaz de generar calor por sí misma, es decir, que puede utilizar tanto la grasa como la glucosa del organismo para generar calor, y esto puede resultar muy bonito e interesante.
Sabiendo que es un tipo de grasa que es capaz de hacernos gastar una mayor cantidad de calorías a lo largo del día es completamente lógico que queramos aumentarla, porque si consiguiésemos transformar parte de la grasa de nuestro cuerpo en este tipo de grasa podríamos perder peso de una forma mucho más simple.
El problema está en que ni todo es tan fácil como parece, ni tan bonito.
GRASA PARDA EN LA ACTUALIDAD
Como siempre os digo no nos vamos a meter en señalización celular, ni vamos a explicar ningún proceso complejo, vamos a ir a lo simple para que sea fácilmente comprensible.
Pensad una cosa, si esa grasa sobre todo te ayuda a generar calor y protegerte del frío que ocurriría en un mundo idílico en el que siempre permanecemos a una temperatura perfecta y estable.
Pues que nuestro organismo no necesitaría tener una gran cantidad de esa grasa, realmente no hay necesidad de generar ese calor extra.
Esto es lo que pasa actualmente, vivimos en un mundo mucho más cómodo. No tenemos que soportar un invierno al lado de un fuego, juntándonos los unos con los otros o buscando el mejor refugio para no morir congelados.
En verano ponemos aires acondicionados o ventiladores, en invierno ponemos la calefacción, o nos echamos un edredón encima, o nos abrigamos con la última tecnología puntera con un abrigo dentro del cual te sientes como si aún no hubieses salido de la cama en plena ola de frío.
Está claro, en invierno pasas más frío y en verano pasas más calor, pero utilizamos todos los medios posibles para que esa temperatura no sea extrema, y ojo que es algo completamente lógico, también lo harías sin toda la tecnología actual, pero no conseguirías un resultado tan óptimo.
En unas condiciones como esas realmente no es necesario tener tanta grasa parda.
¿ENTONCES NO TENEMOS GRASA PARDA YA?
Realmente la grasa parda se observa sobre todo en bebés, y poco a poco vamos perdiéndola a medida que nos acercamos a la edad adulta.
Esto no quiere decir que no tengamos absolutamente nada de ese tipo de grasa, ya que se ha visto que en personas adultas también mantenemos parte de esa grasa parda, aunque sea muy poca cantidad.
Y por supuesto a nivel individual y dependiendo de muchos factores se puede tener una mayor o una menor cantidad de grasa parda.
¿Y SE PUEDE HACER ALGO PARA AUMENTAR LA GRASA PARDA?
Pues a día de hoy se está investigando y mucho, y tiene sentido, conseguir aumentar enormemente la grasa parda podría suponer muchos millones para la industria del adelgazamiento.
El problema está en que no es fácil, y la mayoría de formas que se está investigando están en fases muy iniciales, no se tiene claro su resultado real, y su mantenimiento a largo plazo.
Aunque es cierto, que a nivel individual hay algo que se podría hacer para aumentar la grasa parda, y está estudiado que efectivamente aumenta la cantidad de grasa parda que tenemos, y es la terapia de frío, o exposición al frío.
Cómo hemos visto es un tejido que nos quiere proteger del frío, por eso tiene sentido que cuando nosotros nos exponemos al frío poco a poco aumente la transformación de grasa blanca a grasa marrón, o lo que también se llama pardeamiento de la grasa blanca.
Así que cosas como ducharse unos minutos con agua fría, taparse menos en invierno, e incluso locuras algo más fuertes como meterse en agua con hielo varios días en semana pueden conseguir ese aumento de la grasa parda, aunque…
¿ES SUFICIENTE PARA PERDER PESO?
Es muy interesante este tema, ya que la mayor parte de los estudios están hechos en ratas y no tenemos muy claro hasta que punto podemos conseguir unos resultados que impliquen pérdida de peso incluso sin cambiar el resto de nuestros hábitos.
De hecho he traído un estudio en personas del que vamos a hablar, «El metabolismo oxidativo del tejido adiposo marrón contribuye al gasto energético durante la exposición aguda al frío en humanos«
El problema que tienen los estudios sobre este tema es la poca cantidad de personas que participan en ellos, ya hemos dicho en muchas ocasiones que no podemos hacer ciencia con un estudio de 6 personas, así que los resultados tampoco van a ser fiables.
De todas maneras es interesante que entendamos los estudios para poder hacer valoraciones realistas de lo que estamos hablando.
Por ejemplo si nos centrasemos únicamente en las conclusiones o resumen de este estudio podríamos pensar que está bien definido el hecho de que una terapia con frío aumenta el gasto energético, y además por nuestra necesidad de que sea suficiente presupondríamos que el gasto energético es alto.
Y en cierto modo es verdad, se comprobó que existía un mayor gasto energético y esa transformación de tejido blanco en marrón, pero estamos hablando de que tenían en unas condiciones de frío controlado durante varias horas a los participantes y que el gasto (de 250kcal aproximadamente) se observaba en ese plazo de tiempo.
¿Qué quiero decir con esto? ¿El estudio está mal y no merece la pena? ¿No sirve para nada? No, realmente no me estoy refiriendo a eso, el estudio es interesante y está bien comprobar esto y que cada vez se entienda mejor, pero el problema está cómo alcanzar ese estado sin tener que hacer terapias de varias horas y cuánto es el gasto energético extra que se puede llegar a alcanzar días, semanas o meses después de dichas terapias de frío aunque no se sigan haciendo. ¿Deberían ser varias semanales? ¿Diarias? ¿Cada ciertos meses?
Hay muchas incógnitas que nos quedan, por esa razón el pensar en esto como un modo para mejorar la pérdida de peso es «arriesgarse» entendiendo ese riesgo como falta de resultados palpables.
Tenemos que entender también que vamos a conseguir muchísimos más resultados aumentando nuestra actividad y cambiando hábitos alimenticios que con esto, al menos con el conocimiento actual que tenemos de cómo hacerlo, por esa razón quizás no merece la pena si el resto de factores van a verse alterados ¿Quizás por el efecto talismán?
¿AVANZAR, RETROCEDER, MODIFICAR?
Y creo que precisamente este tema en concreto saca a la palestra algo de lo que muchas veces he hablado, y algo de lo que me encanta discutir y podría estar horas hablando sobre ello y probablemente nadie tendría la razón absoluta.
Habréis escuchado a mucha gente decir que vivimos en un verano continuo, y expresar cosas como no ver tantas pantallas, ir a la naturaleza, pasar frío, etc…
Estoy de acuerdo, vivimos en un verano continuo y de hecho ya he hablado de la hipótesis del verano continuo en alguna ocasión, pero tenemos que pensar en algo.
¿Tenemos que buscar como adaptarnos a nuestras nuevas comodidades? ¿Debemos rechazar esas comodidades? ¿Debemos modificar la forma de proporcionar esas comodidades?
¡Pero no te voy a dar todo por escrito, así que al final del podcast abro el debate, si te interesa solo tienes que escucharlo!
Espero que hayáis aprendido un poco más acerca de todo esto y que os haya resultado de utilidad, así que para acabar dos cosas…
La primera recuerda que si quieres que tracemos un plan de acción para que consigas tus objetivos tienes acceso a una primera consulta completamente gratuita.
Y en segundo lugar, muchísimas gracias por estar un día más al otro lado, tu eres el causante (positivo) de que pueda seguir grabando el podcast día a día y pueda ayudar y aportar a mucha más gente.