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Existe un metanálisis del tema y es hora de volver a meter mano a este asunto, veamos si las promesas son reales
Puede ser que os preguntéis ¿Si ya hablamos de esto porque hay que tocar el tema de nuevo? Porque cómo bien dije en este otro artículo faltaban muchas cosas por tener en cuenta, se tenían distintos protocolos de ayuno en cuenta y no estaba muy claro nada.
Ojo, no quiero decir que ya hayamos aclarado el tema, pero al menos vamos avanzando. En este caso estamos hablando de un metaanálisis que ha tenido en cuenta un rango más concreto de ayuno y eso es muy interesante.
El metaanálisis es el siguiente «Effects of time-restricted feeding on body weight and metabolism. A systematic review and meta-analysis«
Así que debido a su metodología, y debido a que está mejor hecho que los que ya comentamos puede ser de interés ver sus resultados. Quien sabe, quizás encontramos algo que nos llame la atención.
Para que os hagáis una idea de lo complicado que es llegar a conclusiones fiables, de 623 estudios que encontraron en la primera búsqueda, los criterios para incluirlos dentro del metaanálisis dejaron sólo en pie a 11. Lo sé es un número pequeño, pero si miras metodología y tipología de cada estudio al final es lo que suele ocurrir.
Detalles de la selección
Cómo os he comentado al principio querían acotar aún más ese rango de ayuno, que era el mayor problema que tuvimos cuando hablé sobre este tema la primera vez.
Así que en esta ocasión la duración del ayuno era mayor a 12 horas pero menor a 24, en general realmente es el ayuno 16/8 al que nos referimos. Aquel en el que tienes una ventada de 8 horas para comer pero te mantienes 16 horas en ayuno.
La duración tenía que ser mayor o igual a 4 semanas, y los participantes debían ser personas sanas. Esto último es extremadamente importante, hablamos de personas sanas, es decir, que lo encontrado en este metaanálisis nunca deberíamos usarlo para dar una recomendación si existe alguna enfermedad por medio.
¿Comieron menos?
Esta es una de las dudas que nos entra, si realmente comieron menos o no. Pero claro no solamente nos vale si comieron menor cantidad, ya que puede ser que el hambre haga que tengas tendencia a comer alimentos más calóricos y densos energéticamente.
Lo que observaron en estos estudios es que en general comieron un número menor de calorías, digo en general porque en algunos casos no hubo una diferencia. Es interesante tenerlo en cuenta ya que puede que sea cierto, comer durante una ventana menor de horas puede hacer que comas menos pero…
Tenemos que preguntarnos cómo de fácil es comer bien tras este ayuno. ¿Si llevas 16 horas sin comer de verdad te va a apetecer empezar con un plato de verduras?¿O vas a preferir un buen plato de pasta con carne por ejemplo?
Este es el tipo de preguntas conductuales que en muchos estudios echo de menos, y que me parecen mucho más interesantes. Tenemos que tener en cuenta que nosotros vivimos, no somos sujetos de laboratorio en condiciones específicas.
Y entonces lanzo al aire la siguiente pregunta ¿Si comemos menos cantidad pero la selección de alimentos es peor, por mucho que perdamos peso estamos mejorando nuestra salud?
¿Hubo cambios en el peso?
Y aquí viene lo que consideramos importante, y que en ocasiones no lo es tanto. ¿Realmente hubo cambios en el peso?¿Esta gente adelgazó?
Pues parece que si, además de forma estadísticamente significativa se adelgazó en la mayor parte de los estudios. ¿Pero fue clínicamente significativo?
La pérdida de peso aproximada fue de un kilo, un poco menos en algunos un poco más en otros. Pero aproximadamente fue de un kilo, en un periodo aproximado de un mes ¿Podemos decir que es clínicamente significativo? Pues depende.
Tenemos que tener en cuenta que si ese kilo extra de pérdida de peso se mantiene en un periodo de un año entonces estamos hablando de 12 kilos al año, ¡WOW! eso si me parecería significativo.
El problema es que no sabemos si se mantiene en el tiempo, ¿Es una pérdida de peso real?¿Si dejan de hacer ayuno vuelven a recuperarlo?¿Tiene algo que ver los depósitos de glucógeno?¿Si continuamos a lo largo del tiempo sigue esa pérdida de peso?
Tenemos que hacernos un montón de preguntas, y esta es la razón por la que las cosas no son tan fáciles como parecen. Y además hay una pregunta que eclipsaría a las demás.
¿Si abandono este protocolo alimenticio recupero el peso que había perdido?
¿Hubo cambios en otras mediciones?
En otras mediciones no hubo cambios significativos, ni en mediciones físicas ni en mediciones de marcadores de salud. Es decir, que solo estamos hablando de una pérdida de peso aislada.
Por supuesto puede tener que ver porque un kilo no es una pérdida significativa para observar esto. Quizás si lo mantuviésemos durante 6 meses esos 6 kilos si que observarían diferencias en otros ámbitos. Pero ojo, son suposiciones quien sabe.
¿Tenemos certeza de algo?
Por desgracia no, seguimos hablando de un grupo pequeño de personas, un número limitado de estudios y limitado en tiempo. Nos faltarían muchísimos datos para dar una recomendación al respecto.
¿Podemos utilizarlo? Realmente podemos probar en personas individuales y siempre que un profesional de la salud esté revisando lo que ocurre durante el proceso. No podemos estar seguros de nada por desgracia y no puede ser un protocolo que recomendemos a viva voz para todo el mundo.
Y de todas formas hay algo que vuelvo a remarcar, que es un punto que a veces nos olvidamos y no lo entiendo. NO SOMOS MÁQUINAS NI RATONES DE LABORATORIO.
Cualquier decisión que tomemos tiene que estar también conforme a lo que vas a hacer el resto de tu vida, tiene que estar conforme a tu cultura, a tu contexto. No podemos creer que este tipo de protocolo aunque demostrase su eficacia fuese para todo el mundo.
Ya lo he dicho antes y lo repito, ¿Qué elecciones tomaríamos tras ese tiempo de ayuno, perderíamos por un lado aunque ganásemos por otro? Mucho cuidado con esas recomendaciones que se lanzan para todo el mundo ya que lo más probable es que no funcione de esa manera.
Por supuesto hay que avanzar, hay que ser críticos, hay que tener esperanzas de encontrar más herramientas que nos ayuden. Pero al final, lo importante es entender que somos personas, que tenemos un día a día, unas apetencias, unas necesidades. Y que todo esto influye en lo que vamos a hacer y las decisiones que vamos a tomar.
Resumen
Nos queda mucho camino para poder decir que el ayuno intermitente es una herramienta adecuada para la práctica diaria. Y aunque funcione de esa manera tenemos que ver su afectación a nivel cultural, a nivel social, a nivel psicológico en las personas que lo utilicen.
Y tampoco sabemos por desgracia nada de su seguridad a corto plazo, probablemente no pase nada, pero tampoco podemos estar seguros. Por ahora tenemos que fiarnos del conocimiento que tenemos e individualizar las decisiones que tomamos en base a cada una y cada uno de nosotros.
Así que nada más ya sabéis que podéis contactarme ya sea por que tenéis alguna duda o por qué queréis una consulta nutricional personalizada.
Muchas gracias por estar un día más al otro lado y nos vemos mañana con más y mejor, ¡Hasta luego!