Imagino que en multitud de ocasiones has escuchado que la carne procesada no es buena al igual que la roja y que la OMS dijo en su momento que tanto la carne roja como la carne procesada podía provocar cáncer, por lo que en este vídeo vamos a hablar un poco sobre este tema, por lo que si te interesa vamos a por ello
El texto que viene a continuación es una transcripción del vídeo.
En primer lugar tenemos que diferenciar la carne roja de la carne procesada, porque no son iguales las carnes procesadas son esas carnes que se han sometido a un proceso que ha cambiado sus características mientras que la carne roja la podemos definir como el filetaco.
¿Pero que diferencia tenemos entre una y otra? en primer lugar la OMS lo que dijo es que las carnes procesadas eran las que más evidencia tenían de que podían aumentar nuestro riesgo de cáncer y de padecer otras enfermedades mientras que las carnes rojas pese a que también se asociaban no era en la misma medida que estas primeras carnes procesadas, pero claro todo esto hay que matizarlo y hay que ver realmente cuales son los peligros de una y de otra si existen.
Lo primero y principal que quiero deciros es que no, porque te comas un día una salchicha no vas a morirte, ni un chorizo, ni una panceta, ni nada de eso…
Pero si tenemos que tener cuidado con su consumo habitual y no por el tema del cáncer únicamente sino por todo lo que engloba el consumo de estos productos
por ejemplo las carnes procesadas si es verdad que están asociadas a un tipo de consumo muy distinto al de la carne roja por ejemplo cuando yo me tomo algún embutido habitualmente ¿Cómo lo tomo? pues lo tomo en algunas preparaciones pero lo más común es verlo dentro de un bocata, y que ocurre cuando estamos haciendo este tipo de consumo pues que tenemos que tener en cuenta que estamos tomando habitualmente pan blanco con este embutido es decir estamos tomando una gran cantidad de hidratos de carbono que pese a no ser simples se absorben con mucha facilidad y encima le sumamos esa cantidad de embutido que lleva dentro el bocata. Por lo que estamos metiéndonos al cuerpo una gran cantidad de calorías que no son de alta calidad no son nutritivas pero que tienen mucha energía y claro si llevamos todo el día sentados toda esta energía no va a ser lo que necesitamos en ese momento.
Y por supuesto hay que saber qué cantidad de embutido estoy metiendo a ese bocata y que tamaño tiene ese bocata, no es lo mismo un pequeño bocata de 30 o 40 gramos de pan con unos 20 gramos de embutido a que me esté metiendo entre pecho y espalda más de 100 gramos de pan con más de 100 gramos de embutido ¡la diferencia es enorme!.
Encima claro que lo consumamos a diario, si nos hemos acostumbrado que a media mañana tomamos esta cantidad de pan con esta cantidad de embutido y encima son bocatas muy grandes entonces es donde más estamos fallando porque cuanto más cantidad, cuanto más consumamos, más probable que se den estos factores negativos de los que hemos hablado.
También hay que saber el tipo de embutido porque pese a que no podemos decir que el jamón de york por ejemplo o el fiambre de pavo sean buenos sí que van a ser mejor opción que meterte un bocata de chorizo entre pecho y espalda a diario, y que probablemente exista diferencia entre un embutido peor como la mortadela y un bocata de jamón serrano 5 jotas, «aunque esto último no creo que sea muy común», porque si seguramente existen diferencias entre uno y otro aunque no se haya estudiado claramente.
Pero claro aunque digamos que el jamón de york el fiambre de pavo vaya a ser mejor que el pazo bocata chorizo no quiere decir que tomarse todos los días ese jamón de york o fiambre de pavo vaya a ser bueno y menos si estamos tomándolo en las cantidades que decíamos al principio entonces este es uno de los temas más complicados y que llevan a muchos errores porque al final la gente se cree que por tomarse en la cena un poco de fiambre de pavo ya está haciendo una mala cena.
Y si no es muy habitual y no son grandes cantidades no hay que preocuparse tanto, pero ojo la evidencia es la evidencia y la evidencia nos dice que esas carnes procesadas sí que pueden llegar a enfermarnos, por lo que sí, disminuirlo incluso evitarlo pero esto no quiere decir que no podamos tomarlo de vez en cuando.
Y ojo que es importante como lo preparamos, es verdad que tiene ciertos componentes que al ser cocinados pueden empeorar aún más y pueden llevarnos aún más a todos estos riesgos por lo que será peor un bocata de chorizo frito que uno de chorizo a secas.
De hecho estas carnes procesadas lo mejor es que no las cocinemos, es decir, que esto si tenemos que limitarlo mucho y tenemos que ver también las situaciones en las que lo comemos.
¿Y que pasa con las carnes rojas? que no ha sido sometido a estos procesos que si las carnes procesadas y que se toman en diferentes situaciones, es decir aunque en ocasiones podamos tomar un bocata de algún tipo de carne roja cocinada que no ha sido procesado no suele ser lo más habitual, sino que lo tomamos en una comida más completa porque tenemos que tener en cuenta el hecho de que si lo tomamos en una de nuestras comidas principales no es lo mismo que añadir una comida extra tan densa enérgicamente cuando no necesitamos esta energía. Entonces muchas veces es verdad que esta carne se acompaña de pan o patatas fritas, pero por ejemplo cuando lo acompañamos de pan la cantidad es inferior que la de un bocata, además de que la carne roja al no haber sido procesada no haberse sometido a ciertos procesos entonces tendría unos efectos que se atenúan respecto a esas carnes procesadas, por lo que puede ser que si podamos comer en algo más de cantidad.
pero ojo que hay un error como pensamos que podemos comerlo en mas cantidad en ocasiones aparece mucho más a menudo en nuestra dieta semanal, y sin embargo yo me paro a reflexionar…
Si tu tomas todos los días 20 gramos de algún tipo de carne procesada, no es lo mismo que si me estoy tomando 3-4 veces a la semana un filetico de 200 gramos, es decir que de una cosa estaré comiendo bastante menos cantidad que de otra, y esto es algo que muchas veces nos escapa y existen confusiones, tenéis que tener en cuenta que el consumo de estas carnes rojas suele ser un consumo con cantidades mayores.
Entonces al ser mayores no se podría meter tantas veces como podríamos meter otra cosa que tomásemos una cantidad inferior, entonces aquí nos paramos a pensar cuantas veces a la semana lo tomo, cuanta cantidad, lo importante es que no aparezca habitualmente en nuestra dieta, por ejemplo podríamos decir que tomar dos o tres veces a la semana fiambre si es muy poca cantidad y no es un consumo habitual, es decir que hay semanas que no tomamos o meses que incluso no tomamos, entonces podría ser una buena opción y que pasa en las carnes rojas que si lo que yo hago es tomar 80 100 gramos de algún tipo de carne roja lo más probable es que pueda meterlo 2 o 3 veces en semana pero si cuando toca me tomo 300 o 400 gramos es preferible que no aparezca habitualmente y que no tenga ni siquiera un consumo semanal.
¿Y qué podemos hacer?
Aumentar nuestro consumo de legumbres porque así disminuimos nuestro consumo de carnes rojas porque la proteína de la legumbre es completa y nos servirá para poder sustituirlo y a lo mejor conseguir introducir en nuestra dieta las legumbres podremos reducir esta cantidad de otras carnes y podremos hacer un consumo más sostenible y si es verdad que nos encontraremos mejor y conseguiremos antes nuestros objetivos.
Podríamos hablar de muchas más cosas relacionadas con esos consumos de cómo lo hacemos y el ambiente en que lo hacemos porque es igual de importante que el consumo del propio producto.