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Los altos niveles de infertilidad actuales nos hacen pensar que hay factores ambientales que han cambiado lo suficiente para afectarnos en este sentido, y entre ellos quizás uno que cobra gran importancia es precisamente la nutrición.
Cuando hablamos de hábitos en general y fertilidad es cierto que observamos que dietas desequilibradas en energía y nutrientes, el sedentarismo, la presencia de estrés, el consumo de tabaco, de alcohol y de otras drogas además del uso de anticonceptivos influye negativamente en la fertilidad.
Además de todo esto tenemos otros factores como la edad, alteraciones del aparato reproductor, la obesidad, el síndrome de ovario poliquístico, endometriosis, hipotiroidismo además de exposición a contaminantes también nos puede afectar negativamente.
¿Cómo afecta la composición corporal en la fertilidad?
Muchos estudios comprueban que tanto el bajo peso como la obesidad pueden ser dos factores determinantes en el riesgo de infertilidad, y existen además explicaciones plausibles para que esto ocurra.
Por una parte el tejido adiposo aumenta las concentraciones de leptina, esto altera el eje hipotálamo-hipófisis y se produce un aumento de las concentraciones de testosterona además de disminución de progesterona en mujeres y disminución de testosterona y aumento de estrógenos en el hombre.
Y para no quedarse únicamente en esto ese exceso de grasa corporal favorece la resistencia a la insulina, esto a su misma vez aumenta la síntesis y liberación de andrógenos ováricos y disminución del transporte de hormonas sexuales. Esto al final tiene un impacto negativo tanto en la ovulación en mujeres como en la calidad del esperma en hombres.
De hecho se ha visto que la probabilidad de lograr un embarazo en un tratamiento de reproducción asistida es menor a medida que el IMC es mayor, prefiriendo comenzarlo cuando el IMC es inferior a 30 o 35 al menos.
Justo en contraposición el bajo peso que esté asociado a alteraciones hormonales puede hacer que existan periodos sin ovulación, aparezca amenorrea o haya fases lúteas muy cortas, mientras que en hombres disminuye tanto la producción la viabilidad y la motilidad de los espermatozoides además de su apetito sexual.
Aquí me llama mucho la atención que siempre se habla del apetito sexual del hombre, claro, si el hombre no funciona no se puede mantener una relación que pueda llevar a tener un hijo, pero pocas veces se habla del apetito sexual de la mujer, y por desgracia es que creo que se da por hecho que si no existe no pasa nada, sé que puede sonar duro pero sinceramente me da esa sensación y me entristece enormemente.
Fertilidad femenina
Teniendo en cuenta lo que hemos comentado antes sabemos que unos altos niveles circulantes de insulina y la resistencia a esta son dos factores que proporcionan un entorno muy desfavorable para la fertilidad en la mujer.
De hecho el observar un patrón de obesidad androide, es decir, un mayor acúmulo de grasa en la zona central en una mujer puede ser predictor de que esta situación ocurre y servirnos para identificar mayor posibilidad de fallo fértil.
No nos vamos a meter a fondo en todas esas posibilidades que tenemos a la hora de determinar porque cada hormona afecta negativamente a las distintas áreas que engloban la fertilidad, ya que quedaría un artículo muy pesado y difícil de entender, pero si alguien tiene interés le dejo por aquí un artículo sobre el tema «Nutrition and Female Fertility: An Interdependent Correlation» «nutrición y fertilidad«
Sabiendo esto que hemos comentado tendría sentido pensar, y de hecho se ha estudiado, que una dieta baja en carbohidratos que disminuya los niveles circulantes de insulina puede ser favorable para conseguir una mayor fertilidad. Pero por supuesto también encontramos otros en los que el simple hecho de disminuir alimentos con alta carga e índice glucémico sería suficiente.
Realmente si nos paramos a pensar está claro que bajar la cantidad de hidratos de carbono es más probable que disminuya esos niveles circulantes de insulina, pero una dieta adecuada en la que utilicemos hidratos de carbono de fuentes complejas, se una a grasas de buena calidad (Que disminuyen su IG) se tome en las cantidades adecuadas con una buena cantidad de fibra y nutrientes proveniente de las verduras (Mayor disminución del IG) y además con una fuente proteica ya sea vegetal o animal (Mayor disminución del IG) tiene sentido que sea suficiente sin la necesidad de eliminar un grupo alimenticio completamente.
Por supuesto podemos más adelante si queréis hacer un podcast únicamente centrado en si se han visto beneficios en la fertilidad comparando una dieta saludable con una dieta cetónica por ejemplo.
¿Pérdida de peso o estilo de vida?
Por otro lado pese a que tendría sentido el pensar que una simple pérdida de peso sería suficiente ya que disminuiríamos el IMC como hemos dicho, generalmente deberíamos estar comiendo mejor etc…
Parece ser que algunas investigaciones observacionales han visto que un peso estable con una composición en la dieta adecuada puede ser suficiente sin necesidad de la existencia de una pérdida de peso.
Esto tiene sentido en el hecho de que se ve que incluso personas que padecen un problema de obesidad el cambiar sus hábitos a unos más saludables, aunque no les hagan perder peso, mejoran sus parámetros metabólicos.
Importancia de la nutrición
Pese a todos los datos que podemos sacar de cómo influye, el papel de la nutrición en la fertilidad femenina no está bien definido, y hay muchos más trabajos realizados sobre el hombre que sobre la mujer.
Por supuesto si que tenemos tanto estudios observacionales como de intervención podemos observar que una dieta equilibrada correcta rica en pescado, legumbres, verduras y baja en carbohidratos sobre todo aquellos con alta carga e índice glucémico se asocia a mejores parámetros y mayor fertilidad.
¿Pero que ocurre en posibles nutrientes más aislados?
Por ejemplo el papel de la ingesta de proteínas no está claro, porque en algunos estudios observamos que una mayor cantidad de proteína vegetal sería más interesante, mientras que en otras direcciones podemos ver que importa más que la proteína sea suficiente e incluso ligeramente elevada, tiene sentido teniendo en cuenta todo lo que hemos estado comentando.
Sobre hidratos de carbono ya hemos comentado un poco antes, alta carga e índice glucémico se asocia a peor fertilidad.
Mientras tanto en las grasas no está claro su papel, quizás por lo que ya hablé en su momento de que todavía las entendemos poco, y entendemos bastante poco el papel que tienen. Tiene sentido pensar que una ingesta adecuada de grasa con una selección correcta de estas sea beneficioso por todo lo que hemos estado comentando, mientras que una mala selección y el empeoramiento del perfil lipídico puede dar un resultado completamente contrario.
¿Y los antioxidantes?
Es cierto que se observa que en general los antioxidantes permiten el normal funcionamiento de la función reproductiva, ojo el normal funcionamiento. ¿Qué quiere decir esto? Que probablemente no sea necesaria una suplementación aparte con antioxidantes.
Recordemos lo que estamos diciendo desde el principio, una dieta equilibrada y completa, si nosotros estamos realizando una alimentación correcta tenemos suficientes niveles de antioxidantes que son suficientes sin una suplementación externa.
¿Y de dónde podemos sacar esos antiox? De la fruta y de la verdura que deberíamos introducir diariamente.
¿Folatos?
Lo que está claro es que una suplementación con ácido fólico incluso antes de haberte quedado embarazada es importante ya que se asocia a mejor calidad del embrión y mejores posibilidades de embarazo.
Entonces si pretendes quedarte embarazada es muy importante tomar un suplemento de ácido fólico ya que no solamente es importante para el bebé, sino que puede ayudar y mucho a tener una mejor fertilidad.
¿Omega 3?
Una mayor ingesta de ácidos grasos omega 3 parece mejorar la fertilidad femenina, aunque no está claro si la contaminación ambiental podría llegar a contrarrestar o amortiguar este beneficio.
¿Y qué pasa con lo demás?
Bueno, sabemos que un correcto aporte de vitaminas y minerales es adecuado. Es cierto que en la mujer es importante conseguir unos niveles de hierro adecuados, ya que interviene en la implantación del óvulo fecundado, por lo que evitar tener anemia o estar cerca de ella puede ser interesante, pero no hace falta suplementarse a menos de que exista un problema real.
Luego otro de los minerales de los que se habla mucho sería el zinc ya que juega un papel esencial en la fertilidad, pero parece ser que no hay evidencia suficiente para determinar que una suplementación con zinc pudiese ayudar, sino más bien que un correcto aporte favorece el normal funcionamiento.
De todas maneras podemos irnos metiendo más a fondo en cada uno de estos temas, ya que es un terreno en el que se puede seguir indagando.
¿Y en el hombre?
La verdad que está mucho más estudiado en el hombre que en la mujer, habiendo muchos más trabajos y estudios al respecto; De todas maneras es llamativo ver que tampoco hay nada muy claro en relación al hombre y la fertilidad.
Es cierto que podemos encontrar trabajos como este «The Effect of Nutrients and Dietary Supplements on Sperm Quality Parameters: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Clinical Trials» que concluye que suplementar con ciertos antioxidantes, especialmente el selenio, el zinc, los ácidos grasos omega 3 la coenzima q10 y carnitina pueden modular beneficiosamente el esperma y su calidad.
Pero realmente nos podemos ir a otros como este «Diet and Fertility: A Review» que en relación a resultados como el anterior determina:
- Suplementos de antioxidantes: Muy pocos estudios usan la misma intervención
- Ácido fólico o vitamina B12: Ningún ensayo aleatorizado ha probado las dosis relacionadas con el mayor beneficio en estudios observacionales, pero nos vamos acercando a una posible evidencia del uso del ácido fólico.
- Soja, isoflavonas: Amplios rangos de dosis en los estudios pero resultados similares, no perjudica pero no está claro que funcione en positivo.
En definitiva que es complicado sacar conclusiones con rangos tan heterogéneos de cada una de estas suplementaciones, tanto para mujeres como para hombres. Y quizás lo único que tenemos más claro es lo comentado anteriormente.
Además es llamativo ver como para determinar la contribución del hombre a la fertilidad se suele estudiar la calidad del semen, y sin embargo las asociaciones con la calidad del semen no siempre implican asociaciones con la fertilidad ni al contrario, por lo que más datos son necesarios para entender este funcionamiento.
¿Y factores negativos en general aparte de una mala alimentación?
Se observa que que ingestas de grasas trans e hidrogenada y el consumo de alcohol son otros factores negativos a tener en cuenta tanto para mujeres como para hombres en la fertilidad.
El papel de la cafeína no parece estar tan claro, y pese a que se recomienda moderar su consumo no tenemos gran evidencia de un impacto significativo.
Conclusiones
En definitiva es un terreno fanganoso, en el que cada vez se investiga más y hay mucho por ver y entender. Por supuesto se van haciendo más investigaciones, cada vez más fuertes y cada vez con más datos que nos van dando una idea de como funciona la alimentación en la fertilidad.
Hoy por hoy sin embargo, lo único que podemos concluir con bastante fiabilidad es que una dieta adecuada, equilibrada y con una buena selección alimenticia es más importante que cualquier otro factor externos que podamos utilizar. Esto tiene sentido si pensamos que al final lo que nos interesa es tener suficientes nutrientes, y eso lo conseguimos comiendo bien y no suplementandonos únicamente.
Por eso debemos tener cuidado al comprobar mayor fertilidad con cierta suplementación porque puede que lo único que esté indicando es una deficiencia en la propia dieta.
Así que nada más, hasta aquí el podcast de hoy, y por supuesto muchísimas gracias por estar un día más al otro lado y nos escuchamos mañana con más y con mejor, ¡Hasta luego!
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