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Este simple ejercicio va a ser uno de los primeros pasos que tienes que dar si quieres realmente mejorar tu autoestima y estar mejor contigo misma/o
Antes de empezar a hablar de este tema quiero dejar claro que pese a mi interés y autoformación sobre psicología no soy psicólogo. Y estos ejercicios que pueda compartir no pretenden ni mucho menos entrar en el campo de la psicología.
Son ejercicios que son bien conocidos dentro del campo de la psicología que podemos realizar por nuestra cuenta y que pueden sernos de utilidad. Pero esto no quiere decir que en ocasiones sea necesario acudir a un profesional para que te ayude en tu caso concreto.
Haciendo un símil con la nutrición es como si alguien cuelga un menú saludable en su blog. Probablemente sea saludable, y probablemente pueda ayudar a mucha gente. Pero ni está metiéndose en el campo de un nutricionista ni hace que mucha gente no necesite ayuda de un nutricionista para su caso concreto.
Y ahora habiendo dejado claro esto vamos con el ejercicio del que voy a hablar hoy. Es muy sencillo y es un ejercicio de autodefinición.
Los autos
No voy a meterme a fondo en esto porque ya hablaré de ello en otra ocasión, simplemente un apunte. Dentro del autoestima tenemos varios autos, autorespeto, autoconcepto, autoconocimiento, autoaceptación.
Este ejercicio podríamos decir que va más enfocado al autoconcepto y autoconocimiento, pero también influye en los otros dos.
Ejercicio de autodefinición
¿En qué consiste?¿Qué vamos a hacer?
Realmente es muy importante que nos conozcamos, y por esa razón es tan importante que seamos capaces de definirnos, de saber quienes somos, de qué somos y no capaces. En definitiva que tengamos muy claro todos esos aspectos de tanta importancia en nuestro día a día.
Así que coged papel y boli y nos ponemos con ello. Bueno o tablet y teclado vamos a modernizarnos 😉
Listar nuestra cualidades
Claro, hay que tener en cuenta que no todas nuestras cualidades son positivas. Tenemos positivas, tenemos negativas, y algunas no estamos muy seguros de qué son.
Vamos a crear un ejemplo, podemos llamar a nuestra creación por ejemplo María. María comienza haciendo un listado de todas estas cualidades y le sale lo siguiente:
- Empática
- Creativa
- Introvertida
- Vaga
- Despistada
- Gorda
- Siempre dispuesta a ayudar
- Efectiva en el trabajo
- Buena cocinera
Escribe si quieres las tuyas propias y así trabajamos al mismo tiempo en este ejercicio ¿A ti que te ha salido?
Como ves a María le han salido distintas cualidades, unas mejores, otras peores, otras a lo mejor no sabe si definirlas como buenas y malas. Pero al menos ya se conoce un poco más ya sabe un poco más sobre sí misma.
¿Ahora que debería hacer?
Tachar las ofensivas
Si te has fijado María en sus cualidades ha puesto dos que son un poco más ofensivas. ¿Cómo sabemos cuáles son ofensivas? Pues aquellas que es muy complicado decírselo a alguien sin que se sienta atacada o atacado.
Vamos a ver cuales son las cualidades más negativas y cuáles podemos considerar ofensivas:
- Introvertida: Realmente podríamos considerarlo si queremos negativo, pero tampoco tiene por qué serlo, depende del grado. Pero es verdad que no tiene por qué ser ofensivo. Decir que alguien es un poco introvertido no parece ofensivo.
- Vaga: Esto chirría más, oye chica que vaga eres no suena muy bien. O decir que fulanita es vaga tampoco. Hemos encontrado una ofensiva así que vamos a tacharla.
- Despistada: Bueno, podemos considerarlo negativo pero tampoco tiene por qué ser ofensivo. María es un poco despistada tampoco suena tan mal.
Ojo inciso en todo esto antes de la última, tened en cuenta que cualquiera de esas cualidad usada en una frase agresiva u ofensiva se puede convertir en ofensiva. A lo que me estoy refiriendo es al hecho de que ya de por sí esa palabra suene ofensiva hasta suavizándola.
- Gorda: Aquí no hay discusión posible, suena muy ofensivo así que vamos a tacharlo también.
¿Ya has encontrado tus cualidades ofensivas y las has tachado? Ahora nos toca trabajar sobre ellas.
Quitar la parte ofensiva
Las hemos tachado no por qué no sean parte de nuestras cualidades. Sino por qué no nos estamos respetando utilizando esas palabras. ¿Qué tenemos que hacer ahora? Imagina que quieres contarle a una amiga que tiene alguna de esas cualidades algo más negativas ¿Cómo lo harías si no quieres dañarla?
No creo que le dijeses a alguien estás gorda, y si lo haces deberías dejar de hacerlo. Y lo sé, se puede suavizar y decir estás algo gordita, pero si alguien pesa 140 kilos parece que estarías vacilándola.
¿Cómo lo harías? Por ejemplo podrías decir tienes un sobrepeso que puede ser dañino para tu salud, no estás usando ese aspecto peyorativo. Estás siendo más correcta o correcto a la hora de determinar un estado real.
O dependiendo del peso podrías decir que padeces un problema de obesidad, que no tiene nada que ver con soy obesa u obeso, ni soy gorda o gordo.
De esa manera intentar quitar esa parte ofensiva para reconducirla a una cualidad que sabes que es negativa pero que no es ofensiva.
Con vaga lo mismo, no le dirías a alguien que es vaga, no te lo digas a ti misma o a ti mismo. Puedes decirte que en ocasiones te cuesta mantenerte activa, o te cuesta mantenerte activo.
¿Ves como cambia la cosa?¿Ves como así nos respetamos y suavizamos?
Reforzar aquellas positivas
Una vez ya tenemos esto deberíamos intentar reforzar aquellas partes positivas, cojamos todas esas cualidades positivas y reforcémoslas. E incluso pensemos en que nos pueden venir bien si como es nuestro caso queremos mejorar nuestra salud a través de la nutrición y el cambio de hábitos.
Si eres buena cocinera aprende más recetas saludables para disfrutar de la comida sin perder el sabor. Si eres creativa búscate un hobbie que vaya en esa dirección.
Es decir, ve cogiendo cada una de esas cualidades positivas y piensa como usarlas, como acentuarlas y como mejorar tu día a día a través de ellas.
Pensar cómo disminuir las negativas
Y este digamos sería el último paso. ¿Qué puedo hacer para mejorar esas cualidades negativas que tengo?
Por ejemplo si padezco obesidad, o tengo sobrepeso puede que tenga que pensar en mejorar mi alimentación y aumentar mi actividad física.
Si me cuesta mantenerme activa puede ser que sea interesante buscar estrategias que me motiven a estar más activa. Por ejemplo si me cuesta salir de la cama y los fines de semana duermo 12 horas a lo mejor tengo que ponerme una alarma.
O si se da el caso de que no me apetece hacer ejercicio nunca quizás tengo que empezar más poco a poco. O especificar un día y una hora.
Si soy despistada puede que me venga bien poner en un calendario las cosas que tengo que hacer, marcar una fecha y una hora en vez de decir me acordaré de llamar a fulanita.
O si soy introvertida puede que tenga que acudir a alguna actividad con más personas y trabajar sobre ello. Senderismo, clases colectivas, o simplemente quedar más con mi grupo de amigos y de amigas.
En definitiva
Una vez hayamos acabado este ejercicio vamos a conocernos mejor, vamos a evitar insultarnos a nosotras y nosotros mismos, vamos a respetarnos. Pero no sólo eso, vamos a aprovechar esas cualidades positivas para sentirnos mejor y vamos a intentar disminuir o perfilar esas aptitudes o cualidades negativas que tenemos.
Al final este tipo de ejercicios pueden ayudarnos mucho a aumentar ese autoestima que ya he hablado en otras ocasiones que es tan importante. Así que espero que hayáis hecho el ejercicio durante estos minutos y que os sea de muchísima utilidad.
Ya sabéis que si necesitáis ayuda para cambiar vuestros hábitos y mejorar vuestra salud podéis contáctarme y estaré encantado de atenderos.
Muchas gracias por estar un día más al otro lado y nos vemos mañana con las noticias de la semana, ¡Hasta luego!